Las nubes, cuan cobardes, se quedaron abajo y no nos acompañaron hasta la cima, con lo que disfrutamos de un mar de nubes a nuestros pies, y un día pleno de luminosidad.
A la izquierda podéis observar a la pareja feliz en la cumbre. A sus pies, del mismo modo que las nubes, se halla un singular ejemplar de "pequeño humanoide", del que tan sólo se vislumbra su testa adornada de capucha sin par.
A la izquierda podéis observar a la pareja feliz en la cumbre. A sus pies, del mismo modo que las nubes, se halla un singular ejemplar de "pequeño humanoide", del que tan sólo se vislumbra su testa adornada de capucha sin par.