Amaneció un día luminoso, que presagiaba calor. Así fue, la ruta fue dura por el exceso de vegetación en las sendas y por la alta temperatura; sudamos como perros, pero mereció la pena. Nos acompañaron en todo momento buitres, que viven en la garganta verde y seca, siempre atentos a cualquier desfallecimiento de ser racional o irracional. Esta ruta que parte de Zahara de la Sierra, en concreto de la parte baja del arroyo bocaleones, llega hasta la cumbre del Cornicabra, abrupto cerro de forma piramidal. Difíciles sendas hay que recorrer para llegar a la cima, tan difíciles que no llegamos en esta ocasión. A cambio el paterfamilia se dirigió hasta el fondo de la garganta seca, para intentar la vuelta por su lecho, pero la senda está perdida. Por supuesto no nos encontramos con humano alguno. Pocos montañeros se atreven a dejarse caer por estos lares.
"En la ladera de un monte, más alto que el horizonte, quiero tener buena vista."
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jueves, 1 de mayo de 2008
A sudar el día del trabajo
Amaneció un día luminoso, que presagiaba calor. Así fue, la ruta fue dura por el exceso de vegetación en las sendas y por la alta temperatura; sudamos como perros, pero mereció la pena. Nos acompañaron en todo momento buitres, que viven en la garganta verde y seca, siempre atentos a cualquier desfallecimiento de ser racional o irracional. Esta ruta que parte de Zahara de la Sierra, en concreto de la parte baja del arroyo bocaleones, llega hasta la cumbre del Cornicabra, abrupto cerro de forma piramidal. Difíciles sendas hay que recorrer para llegar a la cima, tan difíciles que no llegamos en esta ocasión. A cambio el paterfamilia se dirigió hasta el fondo de la garganta seca, para intentar la vuelta por su lecho, pero la senda está perdida. Por supuesto no nos encontramos con humano alguno. Pocos montañeros se atreven a dejarse caer por estos lares.
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