Decidimos atacar el Simancón, en un día sin lluvia y soleado, salvo en las cumbres, donde las nubes rondaron las cimas, y los montañeros disfrutaron de los claroscuros. Los majuelos lucían sus frutos rojos brillantes por doquier, sin embargo los endrinos han sido saqueados y están más pelados que Zapatero en las próximas elecciones.
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